Testimonios Sacerdotales

6

Testimonios SacerdotalesEste es un Fragmento del Libro «Sacerdote para Siempre» del Padre Ángel Peña O.A.R.

Descargar el libro completo

Cualquiera que tenga un poco de experiencia en la vida se dará cuenta de que un sacerdote santo arrastra hacia Dios y hace que su pueblo sea fervoroso. Donde hay un sacerdote mediocre, habrá una Comunidad indiferente; pero donde hay un sacerdote poco ejemplar, el pueblo pierde la fe. Por eso, el sacerdote debe ser un hombre de oración, un hombre de Dios, un hombre de fe. Eso es lo que la gente necesita y espera de sus sacerdotes.

Veamos ahora algunos testimonios de sacerdotes ejemplares que, sin ser santos canonizados, pueden ser un estímulo para todos.

Cesare Bisognin

Cesare Bisognin ha sido el sacerdote más joven del mundo, pues fue ordenado a los 19 años. Había entrado en el Seminario de Turín y, a sus 17 años, en 1974, le detectaron un cáncer a los huesos (osteosarcoma) incurable. Alguien le habló de su gran deseo de ser sacerdote al cardenal Pellegrino de Turín, y él habló al Papa Pablo VI, quien le dio permiso para ordenarlo sacerdote en su propia casa.

Cesare estaba en su cama y allí recibió el sacramento del Orden sagrado. A la ceremonia sólo asistieron algunos familiares y amigos. En una entrevista que le hicieron ese mismo día de su ordenación, dijo:

Mi primer acto de sacerdote ha sido dar la comunión a mis padres como una señal de agradecimiento por haberme dado la vida. Yo les he dado la Eucaristía, que es el pan de vida, la presencia real de Cristo.

En estos momentos, mi esperanza está en el buen Dios. Si me ha escogido es, porque quiere que viva para los otros. Ser sacerdote es ser de Dios y Dios es de todos, luego el sacerdote es de todos.

Cesare murió a los veinticuatro días de ser sacerdote y sólo pudo celebrar una misa. Pero ahora sigue siendo sacerdote con Jesús por toda la eternidad y sigue intercediendo por los demás desde el cielo como buen sacerdote.

Padre Domingo

Cuenta el sacerdote Ricardo Zimbrón:

Cuando yo era un joven novicio, me pusieron al cuidado de un sacerdote muy anciano, que estaba muriéndose de cáncer en una agonía prolongada y dolorosa. Se llamaba Domingo y tenía fama de santo.

No he conocido un sacerdote más humilde que el sonriente padre Dominguito, de pequeña estatura y enorme de espíritu. Un día le llevé a su cama la charola con su desayuno y mientras él luchaba por comer sin apetito, yo le hice esta pregunta:

–          Padre Dominguito, ¿cuál es la oración que a usted más le gusta rezar?

–          El Kyrie eleison (Señor, misericordia).

Cuando retiré la charola del desayuno, casi intacta, me fui a mi habitación, me senté en mi cama y me puse a meditar aquello del Kyrie eleison… Entonces, no encontré respuesta. Pero han pasado los años y he recorrido mucho camino. Soy un sacerdote, a quienes muchos estiman. Y ahora mi oración preferida es el antiquísimo Kyrie eleison, ¡Señor ten misericordia!

La última vez que fui a inyectarle entre el hueso y la piel, me dijo: No tienes idea de cuánto estoy sufriendo, pero no se lo digas a nadie, quiero que esto sea una ofrenda que sólo conozca el Padre, me estoy ofreciendo a Él constantemente en unión con Jesús y María.

Ciertamente, reconocer que somos débiles y pecadores es uno de los puntos básicos para llegar a la santidad. Cuando tengamos sufrimientos y nos sintamos débiles o cuando caigamos en pecados, digamos continuamente Kyrie eleison, ¡Señor, ten piedad de mí! ¡Te ofrezco mis sufrimientos por la salvación de mis hermanos! Testimonios Sacerdotales

El Sacerdote es Alter Christus (Otro Cristo)

1

Documental que nos muestra las razones por la cuales el sacerdote es Alter Christus (otro Cristo).

http://www.youtube.com/view_play_list?p=BBC67CD3D6374E0E

Clic aquí si no puedes ver el video

Permaneced Unidos en un Mismo Espíritu

1

Conchi Vaquero Callejas, nos habla en esta enseñanza de como, a partir de un encuentro personal con el Señor, debemos convertirnos cada uno de nosotros en auténticos intercesores, muletas robustas, que sostengamos a los demás con el amor de Dios que hemos recibido en medio de sus dificultades, creyendo que Cristo Resucitado puede actuar en sus vidas como lo ha hecho en la nuestra.

CaminoCatolico.org

Papa Benedicto XVI Consagra a los Sacerdotes al Corazón Inmaculado de María

1

Papa Benedicto XVI Consagra a los Sacerdotes al Corazón Inmaculado de MaríaFÁTIMA. Luego del rezo de las Vísperas, el Papa Benedicto XVI consagró al Corazón Inmaculado de María a todos los sacerdotes del mundo, para lo cual hizo la siguiente oración en adoración al Santísimo Sacramento, acompañado de los presbíteros, religiosos y consagrados reunidos en la Iglesia de la Santísima Trinidad del Santuario de la Virgen de Fátima:

Madre Inmaculada,
en este lugar de gracia,
convocados por el amor de tu Hijo Jesús,
Sumo y Eterno Sacerdote, nosotros,
hijos en el Hijo y sacerdotes suyos,
nos consagramos a tu Corazón materno,
para cumplir fielmente la voluntad del Padre.

Somos conscientes de que, sin Jesús,
no podemos hacer nada (cfr. Jn 15,5)
y de que, sólo por Él, con Él y en Él,
seremos instrumentos de salvación para el mundo.

Esposa del Espíritu Santo,
alcánzanos el don inestimable
de la transformación en Cristo.
Por la misma potencia del Espíritu que,
extendiendo su sombra sobre Ti,
te hizo Madre del Salvador,
ayúdanos para que Cristo, tu Hijo,
nazca también en nosotros.
Y, de este modo, la Iglesia pueda
ser renovada por santos sacerdotes,
transfigurados por la gracia de Aquel
que hace nuevas todas las cosas.

Madre de Misericordia,
ha sido tu Hijo Jesús quien nos ha llamado
a ser como Él:
luz del mundo y sal de la tierra
(cfr. Mt 5,13-14).

Ayúdanos,
con tu poderosa intercesión,
a no desmerecer esta vocación sublime,
a no ceder a nuestros egoísmos,
ni a las lisonjas del mundo,
ni a las tentaciones del Maligno. Papa Benedicto XVI Consagra a los Sacerdotes al Corazón Inmaculado de María

El Sueño de Don Bosco sobre la Iglesia y los Dos Pilares que la Sostienen

0

El Sueño de Don Bosco sobre la Iglesia y los Dos Pilares que la Sostienen

El 26 de mayo de 1862 Don Bosco había prometido a sus jóvenes que les narraría algo muy agradable en los últimos días del mes. El 30 de mayo, pues, por la noche les contó una parábola o semejanza según él quiso denominarla. He aquí sus palabras: «Os quiero contar un sueño. Es cierto que el que sueña no razona; con todo, yo que os contaría a Vosotros hasta mis pecados si no temiera que salieran huyendo asustados, o que se cayera la casa, se lo voy a contar para su bien espiritual. Este sueño lo tuve hace algunos días. Figúrense que están conmigo a la orilla del mar, o mejor, sobre un escollo aislado, desde el cual no ven más tierra que la que tienen debajo de los pies. En toda aquella superficie líquida se ve una multitud incontable de naves dispuestas en orden de batalla, cuyas proas terminan en un afilado  espolón de hierro a modo de lanza que hiere y  traspasa todo aquello contra lo cual llega a chocar. Dichas naves están armadas de cañones, cargadas de fusiles y de armas de diferentes clases; de material incendiario y también de libros (televisión, radio, internet, cine, teatro, prensa), y se dirigen contra otra embarcación mucho más grande y más alta, intentando clavarle el espolón, incendiarla o al menos  hacerle el mayor daño posible.

A esta majestuosa nave, provista de todo, hacen escolta numerosas navecillas que de ella reciben las órdenes, realizando las oportunas maniobras para defenderse de la flota enemiga. El viento le es adverso y la agitación del mar favorece a los enemigos. En medio de la inmensidad del mar se levantan, sobre las olas, dos robustas columnas, muy altas, poco distante la una de la otra. Sobre una de ellas campea la estatua de la Virgen Inmaculada, a cuyos pies se ve un amplio cartel con esta inscripción: Auxilium Christianorum. Sobre la otra columna, que es mucho más alta y más gruesa, hay una Hostia de tamaño proporcionado al pedestal y debajo de ella otro cartel con estas palabras: Salus credentium. El comandante supremo de la nave mayor, que es el Romano Pontífice, al apreciar el furor de los enemigos y la situación apurada en que se encuentran sus leales, piensa en convocar a su alrededor a los pilotos de las naves subalternas para celebrar consejo y decidir la conducta a seguir. Todos los pilotos suben a la nave capitaneada y se congregan alrededor del Papa. Celebran consejo; pero al comprobar que el viento arrecia cada vez más y que la tempestad es cada vez más violenta, son enviados a tomar nuevamente el mando de sus naves respectivas. El Sueño de Don Bosco sobre la Iglesia y los Dos Pilares que la Sostienen

La Misericordia de Jesús – Padre Jorge Loring

2

El Padre Jorge Loring nos habla ampliamente de la misericordia de Jesús, el Gran Perdonador, quien va perdonando siempre al pecador arrepentido.

EWTN.com