Tres inspiradores testimonios de vocación sacerdotal en los cuales Jesucristo llama con dulzura a sus hijos para servirle de por vida.
“Los Caminos de Dios los Entendemos Cuando Vamos por Ellos” Testimonio Vocacional del Padre John Alexander Avellaneda de Colombia
Sacerdote durante 9 años y con una amplia experiencia en el ministerio, conociendo comunidades muy diversas el Padre John Alexander Avellaneda nos cuenta como fue descubriendo que “Una Parroquia Solo se Maneja con Amor”
Hasta este momento he tenido que hacer un recorrido muy particular, muy bonito, aunque con muchas dificultades y este es el motivo de la realización de este video, compartir esta experiencia que es maravillosa en un mundo que necesita tanto de Dios, un mundo en el que aparentemente la voz de Dios no es escuchada y que día a día pareciera que los jóvenes y no jóvenes no se interesan. Cuando todavía existe esa luz de esperanza, en el largo túnel de la vida, oscuro, siempre hay una lucecita en el fondo y esa luz ilumina nuestra vida.
“La Llama del Amor Arde en Mi Corazón” Testimonio de la Vocación de Timothy Scott Gutiérrez de Costa Rica
Me di cuenta de que (Jesús) me hablaba a algo que estaba muchísimo más allá de mis capacidades, Él me decía “Yo quiero que tú me sirvas, eso es lo que quiero de ti, quiero que me ayudes, que vayas y lleves mi Palabra” Yo recuerdo que ahí pasé los momentos más felices, que me llevaron a comprobar mi vocación. Me sentí tan contento en ese momento, tan impactado de lo que Jesús estaba diciendo, tan alegre, tan motivado. Pero estábamos todos callados, no se podía ni hablar y yo estaba tan feliz, me sentía contento porque Él me estaba llamando, Él me lo estaba diciendo, yo de rodillas frente a Él y Él me estaba diciendo “Si, a ti, a ti, a ti te estoy llamando” Estaba completamente feliz. Durante ese retiro descubrí a Dios y a Jesús de una forma inimaginable…
“Soy Sacerdote por Elección, porque Él me Eligió” Testimonio Vocacional del Padre Jhon Guarnizo de Colombia
El Poder que tiene el Sacerdote es único, es singular y particular, se siente con los sacramentos, se vive con los sacramentos. El ministerio sacerdotal es único, se Ama. Últimamente he podido experimentar el querer a mi amado, mi amado que es Jesucristo… No me da miedo decir que Él es mi amado, porque es mi Dios y como tal lo respeto, lo admiro y le quiero. No le quiero, le amo. Cuando celebro la Eucaristía tengo la oportunidad de tenerlo en mis manos, de abrazarlo, de sentirlo y decir “Aquí te tengo, te cuido, te protejo y te voy a hacer partícipe a tus hijos y a tus hijas”. Soy sacerdote por elección porque Él me eligió, pero soy sacerdote por libertad porque fue mi decisión.
