La Fe Católica

Coronilla de la Divina Misericordia

“Hija mía anima a las almas a rezar la Coronilla que te he enseñado; aquellas almas que me invoquen en esta forma, les daré todo lo que pidan”.

“Concederé gracias sin número, porque esta plegaria conmueve lo intimo de Mi Misericordia, Recitándola, acercas hacia Mí a la humanidad”.


“Con esta oración se puede obtener todo”

Se puede rezar en lo particular con un rosario común. Primero se rezan:

Un Padre Nuestro, una Ave María y luego un Credo.

Enseguida en las cuentas del rosario correspondientes al Padre Nuestro dirás la siguiente oración:

Padre Eterno, te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de Tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

En lugar de las 10 Aves María se dirá:

Por su dolorosa pasión,
ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Finalmente, como oración final, después de las 5 decenas ya rezadas se repite veces lo siguiente:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,
Ten piedad de Nosotros y del Mundo entero.

“Cuando digas esta oración, con un corazón contrito y con fe por el bien de algún pecador, Yo le daré la gracia de la conversión”

Oh Sangre y Agua que brota del Sagrado Corazón de Jesús, como una fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en ti.

La veneración de la imagen de la Misericordia

En 1931 Sor Faustina tuvo una visión en la cual Jesús le encargó la tarea de pintar su imagen tal y como ella lo veía en ese momento: con la mano izquierda sobre su corazón, del cual salen dos rayos, y con la mano derecha alzada en señal de bendición. Jesús le indicó que al pie del cuadro debería colocarse la firma: «Jesús, en Ti confío». Agregándole: «Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero» (Diario, 47).

El cuadro, pintado por un artista bajo la dirección de Sor Faustina, quedó concluido en 1934. Al ver que el cuadro distaba mucho de la imagen verdadera de Jesús, llorando, exclamó: «¿Quién será capaz de pintarte tan hermoso como eres en verdad?» A lo que Jesús respondió: «No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia» (Diario, 313). «Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá»(Diario, 48).

Jesús dijo posteriormente a Sor Faustina: «(…) Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío» (Diario, 327).

Los rayos que salen del corazón de Jesús en esta imagen, uno rojo y el otro pálido, simbolizan la sangre y el agua que brotaron del corazón traspasado de Jesús en la cruz «(…) como de una fuente desbordante de misericordia» (Diario, 367), para el mundo entero. Jesús dijo a Sor Faustina en distintas ocasiones: » (…) El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas…» (…) «Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios» (Diario, 299). » (…) Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella» (Diario, 570).

Fuente: SantaFaustina.org

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