ayúdame a tener en cuenta siempre
mi limitación humana y mi debilidad.
Dame un espíritu sincero y generoso,
de aceptación de mi dolor y de mi enfermedad,
que tu gracia me ayude a no encerrarme en mí mismo.
Dame luz y valor para ver tu mano bondadosa
que va trabajando en mí a través de mi enfermedad,
aun sin darme yo cuenta de ello.
No permitas que falle mi confianza,
en ti y en tu mano poderosa
cuando esté triste o deprimido.
Enséñame a ser agradecido y apreciar,
el esfuerzo de médicos, enfermeras
y de todos los que cuidan de mi salud,
a veces siento que no me comprenden
cuando experimento muy de cerca el dolor.
Señor ayúdame a no caer
en la tentación de ceder
a la desesperación y a la desconfianza.
Dame fe y fuerza para voltear
mi mirada hacia ti que eres
mi Señor y mi salvador.
Te pido que bendigas,
a todos los que el día de hoy me visitarán.
gracias por sus vidas Padre
Amén.