Dios, nuestro Padre, te damos gracias por tu siervo bueno y fiel,
Benedicto XVI, que te ha servido y te sirve en tu Iglesia.
Tú lo has llamado a este servicio,
sostenlo en tu amor y tu paz en esta etapa de su vida.
Jesús, buen pastor, tú le dijiste a Pedro:
“Cuando tú hayas vuelto, confirma a tus hermanos”.
Prepara ya desde ahora el corazón del próximo sucesor de Pedro.
Que sea un hombre de la Palabra, un pastor según tu corazón,
y un evangelizador que sepa unir a todas las personas, y servirlos a todos,
especialmente a los pobres de nuestro mundo.
Espíritu Santo,
que tu viento sople como un nuevo Pentecostés
sobre los cardenales que han de escoger al próximo Papa.
Dales la paz y la serenidad, discernimiento y valentía
para designar a aquél que Tú quieres que gobierne la Barca de Pedro.
Virgen María, que en tu bondad maternal
asistes a la iglesia de tu Hijo en esta hora decisiva,
te pedimos poder continuar nuestro camino juntos en la unidad,
a fin de que podamos hacer todo lo que Jesús nos diga.
Amén.
(S.E. Mons. Gerald Cyprien Lacroix)
