Las Riquezas son una Idolatría – Homilía del Papa Francisco

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https://youtu.be/BureZK3RpZg

“Tomar distancia de las riquezas, porque Dios las ha ofrecido para dárselas a los otros” fue la exhortación del Papa Francisco en la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta que, en memoria de María Auxiliadora, Francisco dedicó al «noble pueblo chino»: hoy – recuerda – en Shanghai se celebra la fiesta de Nuestra Señora de Sheshan, María Auxiliadora.

La pobreza en el centro del Evangelio

Comentando la primera lectura, tomada de la carta del Apóstol Santiago, que muestra cómo los salarios de los trabajadores no remunerados claman y las protestas han llegado a los oídos del Señor, el Pontífice repite lo que el apóstol dijo a los ricos, sin usar «medias palabras», diciendo las cosas «con fuerza». De hecho, evoca riquezas «podridas». Y, recuerda el Papa, Jesús no había dicho menos:

«¡Ay de ustedes, ricos!», en la primera invectiva después de las Bienaventuranzas en la versión de Lucas. «¡Ay de ustedes, ricos!». Si uno hoy hiciera un sermón como ese, en los periódicos, al día siguiente: «¡Ese sacerdote es comunista!». Pero la pobreza está en el centro del Evangelio. La predicación sobre la pobreza está en el centro de la predicación de Jesús: «Bienaventurados los pobres» es la primera de las Bienaventuranzas: Es el documento de identidad, el documento identificativo con el que Jesús se presenta cuando regresa a su pueblo, en Nazaret, en la sinagoga , es: «El Espíritu está sobre mí, he sido enviado para proclamar el Evangelio, la Buena Nueva, a los pobres, la buena noticia a los pobres». Pero siempre en la historia hemos tenido la debilidad de tratar de eliminar esta predicación sobre la pobreza creyendo que es una cuestión social y política. ¡No! Es puro Evangelio, es puro Evangelio.

Amar a Dios con todo el corazón

Las Riquezas son una Idolatría – Homilía del Papa Francisco

La Heroica Historia de la Devoción a María Auxiliadora

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¿Sabías que la Santísima Virgen María ha salvado al menos en un par de ocasiones a la cristiandad completa y que por esa razón la conocemos con la advocación de María Auxiliadora o María Auxilio de los Cristianos?

Desde los primeros siglos de la cristiandad, los cristianos se han dirigido con gran confianza a la Santísima Virgen María para obtener de ella ayuda espiritual y temporal. Saben que la Madre de Dios es también nuestra Madre Espiritual. Los cristianos han visto en ella un enorme auxilio maternal por su intercesión ante su Bendito Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.

Efectivamente, la Virgen María, siendo la madre amorosa que es, continuamente viene en auxilio de sus hijos, incluso antes de que ellos vengan a implorar su ayuda, o incluso antes de darse cuenta de la necesidad que tienen de ella. La petición de nuestra Señora en las Bodas de Caná, deja muy claro esa característica materna de anticiparse a las necesidades de sus hijos. Recordemos que María se da cuenta de que en aquella boda se había terminado el vino, antes de que el novio y la novia lo supieran e intercede ante su hijo Jesús para que obre ahí su primer milagro.

Confirmación: Cristo nos Consagra como Testigos Suyos – Papa Francisco

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https://youtu.be/gP3l05xFp9M

Reflexionamos ahora sobre la confirmación, este sacramento se llama así porque confirma el bautismo y robustece la gracia bautismal, se llama también crismación porque con la unción del crisma se recibe al Espíritu Santo para que el cristiano se conforme, cada vez más, a Cristo y se comporte siempre como hijo de Dios.

Cristo fue ungido por el Espíritu Santo y toda su vida estubo animada por el Espíritu, de la misma manera, la vida de la iglesia y de cada uno de nosotros ha de estar guiada por el mismo Espíritu.

El Espíritu descendió con su fuerza sobre los apóstoles el día de pentecostés y recibieron el impulso misionero de entregar sus vidas por la santificación de los hombres para gloria de Dios.

En la Confirmación, Cristo nos colma con su Espíritu y nos consagra como testigos suyos, nos hace participes de su misma vida en misión. El testimonio cristiano consiste en hacer todo lo que el Espíritu de Cristo nos pide, dándonos su gracia para cumplirlo.

Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones 2018

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https://youtu.be/o4xXi9kj67E

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2018

Junto a los jóvenes, llevemos el Evangelio a todos

Queridos jóvenes, deseo reflexionar con vosotros sobre la misión que Jesús nos ha confiado. Dirigiéndome a vosotros lo hago también a todos los cristianos que viven en la Iglesia la aventura de su existencia como hijos de Dios. Lo que me impulsa a hablar a todos, dialogando con vosotros, es la certeza de que la fe cristiana permanece siempre joven cuando se abre a la misión que Cristo nos confía. «La misión refuerza la fe», escribía san Juan Pablo II (Carta enc. Redemptoris missio, 2), un Papa que tanto amaba a los jóvenes y que se dedicó mucho a ellos.

El Sínodo que celebraremos en Roma el próximo mes de octubre, mes misionero, nos ofrece la oportunidad de comprender mejor, a la luz de la fe, lo que el Señor Jesús os quiere decir a los jóvenes y, a través de vosotros, a las comunidades cristianas.

La vida es una misión

Cada hombre y mujer es una misión, y esta es la razón por la que se encuentra viviendo en la tierra. Ser atraídos y ser enviados son los dos movimientos que nuestro corazón, sobre todo cuando es joven en edad, siente como fuerzas interiores del amor que prometen un futuro e impulsan hacia adelante nuestra existencia. Nadie mejor que los jóvenes percibe cómo la vida sorprende y atrae. Vivir con alegría la propia responsabilidad ante el mundo es un gran desafío. Conozco bien las luces y sombras del ser joven, y, si pienso en mi juventud y en mi familia, recuerdo lo intensa que era la esperanza en un futuro mejor. El hecho de que estemos en este mundo sin una previa decisión nuestra, nos hace intuir que hay una iniciativa que nos precede y nos llama a la existencia. Cada uno de nosotros está llamado a reflexionar sobre esta realidad: «Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 273).

Os anunciamos a Jesucristo

Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones 2018

La Iglesia, como María, es Mujer y Madre – Homilía del Papa Francisco

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https://youtu.be/WtvoYmKJh9A

“La Iglesia es femenina”, “es madre” y cuando falta este rasgo que la identifica se convierte “en una asociación de beneficencia o en un equipo de fútbol”. En cambio, cuando “es una Iglesia masculina”, se convierte, tristemente, “en una Iglesia de solterones”, “incapaces de amor, incapaces de fecundidad”. Es la reflexión que ofreció el Pontífice esta mañana en concomitancia con la memoria litúrgica del día que se celebra, por primera vez, tras la publicación – del pasado 3 de marzo – del Decreto “Ecclesia Mater” de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En efecto, por voluntad del mismo Pontífice, esta fiesta se celebra el lunes después de Pentecostés, para “favorecer el crecimiento del sentido materno de la Iglesia en los pastores, en los religiosos y en los fieles, junto a la genuina piedad mariana”.

Homilía en la Solemnidad de Pentecostés – Papa Francisco

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https://youtu.be/YhbltIgLmis

En la primera lectura de la liturgia de hoy, la venida del Espíritu Santo en Pentecostés se compara a «un viento que soplaba fuertemente» (Hechos 2,2). ¿Qué significa esta imagen? El viento impetuoso nos hace pensar en una gran fuerza, pero que acaba en sí misma: es una fuerza que cambia la realidad. El viento trae cambios: corrientes cálidas cuando hace frío, frescas cuando hace calor, lluvia cuando hay sequía… así actúa. También el Espíritu Santo, aunque a nivel totalmente distinto, actúa así: Él es la fuerza divina que cambia, que cambia el mundo. La Secuencia nos lo ha recordado: el Espíritu es «descanso de nuestro esfuerzo, gozo que enjuga las lágrimas»; y lo pedimos de esta manera: «Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas». Él entra en las situaciones y las transforma, cambia los corazones y cambia los acontecimientos. Homilía en la Solemnidad de Pentecostés – Papa Francisco