Consagración al inmaculado corazón de María

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Consagración al inmaculado corazón de MaríaOh, corazón inmaculado de María
lleno de bondad, muéstranos tu amor.
Que la llama de tu corazón, María,
descienda sobre todos los hombres.
Nosotros te amamos inmensamente,
imprime en nuestro corazón el verdadero amor,
así tendremos un deseo continuo por ti.

Oh, María dulce y humilde de corazón,
acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado.
Tu sabes que todos los hombres pecan.
Concédenos por medio de tu corazón inmaculado
ser curados de toda enfermedad espiritual.
Haz que siempre podamos
contemplar la bondad de tu corazón maternal
y por medio de la llama de tu corazón
haz que nos convirtamos a Dios. Amén.

Oración al inmaculado corazón de María

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Oración al inmaculado corazón de MaríaCorazón de María, el más amable y compasivo de los corazones
después del de Jesús
trono de las misericordias divinas
a favor de los miserables pecadores
yo reconociéndome sumamente necesitado
acudo a ti en quien el Señor
ha puesto todo el tesoro de sus bondades
con plenísima seguridad de ser por ti socorrido
tú eres mi refugio, mi amparo, mi esperanza;
por esto te digo y te diré en todos mis apuros y peligros,
“Dulce corazón de María, se la salvación mía”.

Cuando la enfermedad me aflija, o me oprima la tristeza
o la espina de la tribulación llague a mi alma,
“Dulce corazón de María se la salvación mía”.

Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones
unidos para mi eterna perdición me persigan con sus tentaciones
y quieran hacerme perder el tesoro de la divina gracia,
“Dulce corazón de María, se la salvación mía”.

En la hora de mi muerte, en aquel momento espantoso
de que depende mi eternidad
cuando se aumenten las angustias de mi alma
y los ataques de mis enemigos,
“Dulce corazón de María se la salvación mía.

Estas gracias espero alcanzar de ti Corazón Inmaculado de María
A fin de que pueda verte y gozar de Dios en tu compañía
por toda la eternidad en el cielo. Amén.

Scott Hahn, teólogo y pastor presbiteriano convertido a la fe Católica

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Scott Hahn, teólogo y pastor presbiteriano convertido a la fe CatólicaTestimonio de conversión a la Fe Católica

Scott Hahn, teólogo y pastor presbiteriano, ha escrito un libro sobre su conversión y la de su esposa, que ha sido best-seller en USA. En él nos dice: “Mi abuela era la única católica de mi familia: una discreta, humilde y santa mujer. Mi padre me dio sus objetos religiosos, cuando ella falleció. Los miré con repugnancia y horror. Tomé el rosario entre mis manos y lo rompí, diciendo: Dios mío, líbrala de las cadenas del catolicismo que la han tenido aprisionada. También rompí sus libros de oración y los tiré a la basura, esperando que esa superstición sin sentido no hubiera condenado su alma… No siento el menor orgullo de haber actuado así, pero lo cuento para hacer ver lo profundas y sinceras que son las convicciones anticatólicas de muchos cristianos de la Biblia. Yo no era anticatólico por un fanatismo malhumorado, sino por convicción”.

“Los católicos no tienen idea de lo dura que resulta para los cristianos bíblicos aceptar las doctrinas y devociones marianas. Pero eran ya tantas las doctrinas de la Iglesia, que habían demostrado estar sólidamente basadas en la Biblia, que acepté dar también un paso de fe en esto. Y recé: María, si eres tan sólo la mitad de lo que la Iglesia católica dice que eres, por favor, presenta por mí esta petición al Señor. Y recé mi primer rosario. Lo recé muchas más veces y, tres meses más tarde, me di cuenta de que, desde el día en que yo había comenzado a rezar el rosario, aquella situación, aparentemente imposible, había cambiado. ¡Mi petición había sido escuchada! Y volví a tomar el rosario, que no he dejado de rezar desde aquel día”.

“En ninguna parte de la Biblia se dice: Tienes que aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador personal. Es una buena cosa hacerlo, pero no era eso de lo que el Señor hablaba, cuando le dijo a Nicodemo en Juan 3,3 que tenía que nacer de nuevo. Jesús clarificó lo que Él quería decir al afirmar, tan sólo dos versículos más adelante: Tienen que nacer del agua del Espíritu, con lo que Él se refería al bautismo”.

“En mi clase de historia de la Iglesia un alumno me preguntó:

– Profesor, ¿dónde enseña la Biblia que la Escritura es nuestra única autoridad?

– Veamos 2 Tim 3,16-17: Toda Escritura, inspirada por Dios, es útil para enseñar, para rebatir, para corregir y para formar en la justicia…

– Pero, cuando Pablo dice toda Escritura no dice sólo la Escritura. Y san Pablo a los Tesalonicenses (2 Tes 2,15) habla de guardar las tradiciones que recibisteis de palabra o por carta…

Estudié toda la semana sin llegar a ninguna conclusión. Llamé incluso a varios amigos, pero no hice ningún progreso. Finalmente, hablé con dos de los mejores teólogos de América y todos aquellos a los que consultaba se sorprendían de que yo les hiciera esa pregunta. Uno de ellos me dijo:

– Scott, en realidad, tú no puedes demostrar la doctrina de sola Scriptura con la Escritura. La Biblia no enseña explícitamente que ella sea la única autoridad para los cristianos. En otras palabras, sola Scriptura es, en esencia, la creencia histórica de los reformadores, frente a la pretensión católica de que la autoridad está en la Escritura y, además, en la Iglesia y en la tradición. Para nosotros, por tanto, ésta es sólo una presuposición teológica, nuestro punto de partida, más que una conclusión demostrada…

– Nosotros, le dije, insistimos en que los cristianos sólo pueden creer lo que la Biblia enseña, pero la propia Biblia no enseña que ella sea nuestra única autoridad. Y le pregunté:

– ¿Cuál es para ti el pilar y fundamento de la verdad?

– La Biblia, por supuesto.

– Entonces ¿por qué la Biblia dice en 1 Tim 3,15 que la Iglesia es el pilar y fundamento de la verdad?

“En ningún lugar, la Biblia reduce la Palabra de Dios a la sola Escritura. Más bien, la Biblia nos dice, en muchos lugares que la Palabra de Dios debe buscarse en la Iglesia: en su Tradición (2 Tes 2,15; 3,6), lo mismo que en su predicación y enseñanza (1 Pe 1,25; 2 Pe 1,20-21; Mt 18,17). Por eso, pienso que la Biblia sostiene el principio católico de sólo Palabra de Dios, en vez de sólo la Biblia… Scott Hahn, teólogo y pastor presbiteriano convertido a la fe Católica

Descargar los documentos del Concilio Vaticano II

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Descargar los documentos del Concilio Vaticano II
El siguiente archivo contiene los siguientes documentos:

Constituciones
* Dei Verbum
* Lumen Gentium
* Sacrosanctum Concilium
* Gaudium et Spes

Declaraciones
* Gravissimum Educationis
* Nostra Aetate
* Dignitatis Humanae

Decretos
* Ad Gentes
* Presbyterorum Ordinis
* Apostolicam Actuositatem
* Optatam Totius
* Perfectae Caritatis
* Christus Dominus
* Unitatis Redintegratio
* Orientalium Ecclesiarum
* Inter Mirifica

Descargar documentos concilio vaticano segundo

Oración a Dios Padre

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Oración para el Dios PadrePadre,
me pongo en tus manos.
Haz de mi lo que quieras.
Sea lo que fuere,
por ello te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo.

Lo acepto todo,
con tal de que se cumpla
tu voluntad en mí
y en todas tus creaturas.
No deseo nada más Padre.

Te encomiendo mi alma,
te la entrego
con todo el amor de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.

Ch. de Foucauld

Dios siempre escucha – Kimberly Kramar

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Dios siempre escucha - Kimberly KramarEn este día vamos a estar hablando del tema: “Dios siempre escucha”. Dios siempre escucha y nos permite esta oportunidad. Vamos a vivir una hora y media unidos de corazón, unidos en fe, y vengo a compartir mi fe con la tuya, compartir una palabra de vida. Yo vengo para hablar de las cosas de Dios, no solamente de las cosas de Dios, sino de Dios mismo, de Dios que quiere convencerte que Él siempre, siempre te va a escuchar. Abre tu corazón y por medio de este Salmo vamos a dejar a Dios empezar a convencernos de que Él está tan cerca, tan presente y que si te quiere escuchar.

Salmo 18

Tu Señor eres mi fuerza y yo te amo. Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite. Tú Señor eres digno de alabanza. Cuando te llamo me salvas de mis enemigos. La muerte me enredó en sus lazos y sentí miedo ante el torrente destructor. La muerte me envolvió en sus lazos y me envolvió en trampas mortales. En mi angustia llamé el Señor, pedí ayuda a mi Dios y Él me escuchó desde su templo, mis gritos llegaron a sus oídos. Palabra de Dios.

Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y vamos a orar juntos diciendo: Padre escúchanos. Estamos clamando, orando, llorando. En muchos casos yo siento Señor que hay muchos de tus hijos e hijas que están sufriendo lo que el salmista relata. Estamos enredados, atrapados por la muerte, enredados en la angustia, enredados en el miedo. Tú Señor tienes palabra de vida, tu Señor puedes animarnos a levantarnos hoy día, en este momento, a vivir la vida plena, la vida en abundancia, la vida confortada por tu Santo Espíritu. Solo Tú Señor tienes palabra de vida, escucha nuestra plegaria. Como dice el salmista: Nuestros llantos, nuestros gritos llegaron al templo, siempre cuando llegan a tus oídos tú tienes una pronta respuesta. Pedimos en el nombre de Jesucristo, tu amado hijo, nuestro Salvador, quien derramó su sangre por nosotros, míranos Señor, mira nuestra miseria, mira nuestras necesidades, ten compasión Padre, ten compasión no por nuestros meritos, sino por lo que tu Hijo ha hecho para salvarnos. Ten compasión de nosotros Señor, libera a tu pueblo Señor, sana a tu pueblo Señor y danos palabra de vida. En este día escucha nuestra oración. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Dios siempre escucha…

Continúa en el video…
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